Wednesday, October 12, 2016

LIKE... MATCH.. RISAS Y... ENCONTRÉ EL AMOR?

FEBRERO 2015

Estaba de viaje dispuesta a pasarla bien y romper un tanto el esquema de "viaje familiar" que era el sello que siempre habían tenido mis viajes a Chile, así que abrí mi tinder y deje al radar hacer lo suyo; 



de repente en esta revisión de catálogo de hombres empece a dar likes y hacer match, soy sincera y -para mi orgullo propio- comparto que hice muchos match, de los cuales la mayoría no pasaron del match, otros tantos murieron en dos patadas al cruzar las 3 primeras líneas en el chat, con pocos pase a la fase de "¿Me das tu whats app?" y fue así como empecé a conocer historias y personas que sin  tinder jamas hubieran pasado por mi. Dato curioso: la cara de mi mamá -tratando de entender- ante la novedad de que su hija usaba internet para salir fue de antología, sin embargo yo estaba muy tranquila pues sabía  bien qué buscaba: conocer, salir y pasarla bien (sin dejar de ser yo) mientras estaba de vacaciones, no más!
Hubo un match especial, con un chileno que desde sus fotos me atrapó, no sólo por lo que me gustó el  sino por lo que transmitía en ellas, y con el fue especial pues antes de conocernos en persona pasó esa semana completa en la que todos los días platicamos  por el whats horas enteras, era como si nos conociéramos de antes, si lo se! frase trillada pero en verdad así me pasaba, al grado de que empecé a esperar la hora de la tarde en la que sabría aparecería un "hola" en mi celular. 

Hicimos match un domingo y nuestra primera cita fue para el viernes siguiente, destino el cerro San Cristóbal que yo juraba no conocía, y para mi sorpresa al llegar resultó que si había estado en ese lugar, obvio no dije nada y me deje sorprender por el lugar como si fuera la primera vez, pero jamás pensé que era el, Andrés, quien llegaba para sorprender a mi corazón.


Y fluyó, todo fluyó, la plática, las risas, quién era el, quién era yo, la verdad fue una gran gran tarde para mi y para el. Del cerro bajamos a tomar una cerveza a un barecito en Bellavista, y después fuimos a casa de un amigo de Andrés y así se acabó el encanto de la primera cita, la cual acabó para mi sorpresa y fortuna, con la invitación a una segunda cita para el día siguiente.


A partir de la primera cita nos vimos todos los días, la tercera vez que lo hicimos fue para ir a Pomaire (que se nos acabó en 15 minutos y tres calles) empujando así a seguir el paseo hacia San Antonio y a las Cruces, en este último lugar puedo asegurar que hubo magia pues la platica, el mar y nuestros corazones a todo latir hicieron que nuestro match, se volviera en miradas, latidos y la certeza de que estábamos hechos para compartir nuestra vida....


Cuando digo que todos los días nos vimos es por que todos incluidos Navidad y Año nuevo estuvimos juntos, antes del año nuevo Andrés me invitó a ir a la Serena a pasar una semana, aceptar su invitación implicaba cambiar mi vuelo, así que a falta de la obligación de  volver, la ayuda de mi querido primo y mis ganas de querer seguir disfrutando y conocer a Andrés pude hacerlo.



Y esa semana confirmó lo que mi corazón ya sabía desde las cruces, quería mas días y compartir más con este chileno hermoso con el que la vida me estaba premiando! 

Todo lo lindo acaba y el 31 de enero del 2015 entre lagrimas, un diario de nuestros días que le hice, su profunda mirada y la promesa de regresar me despedí de Andrés dejándole además de mi corazón la certeza de que esta historia no llegaba a su final, apenas habíamos vivido el encanto de su comienzo....


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